Pues finalmente Brasil campeona ante Argentina (74-33, de risa), como se veía venir, y Canadá cuarta. Pero vamos que nosotros habíamos dejado a México en el tercer partido con un balance de 0-2, fuera de semis y con los biorritmos por los suelos, y claro el enfrentamiento contra Brasil no presagiaba nada bueno…
Y México volvió a caer pero curiosamente "nada más” que de 27 (88-61). Digo de “nada más” porque hay quien se empeñó en calificarlo del mejor partido de México. Vamos que yo no debó entender ya ni lo más mínimo de esto, porque las mexicanas tuvieron suerte de que las brasileñas se tomarán el partido como un entrenamiento (especialmente el último cuarto). Cierto es que, y seré un pesado, intentar ganar un partido a base de triples no es un buen recurso y lo sé por experiencia… Otra curiosidad, y que me llamó poderosamente la atención, es como un entrenador a falta de 2 minutos para terminar el cuarto tenga la genial idea de que mientras su jugadora más alta lanza los tiros libres no poner a ninguna jugadora al rebote (y más perdiendo). Pensé que sería para alguna sorpresa defensiva, pero el sorprendido fui yo porque el partido siguió tal cual… Y es llamativo que precisamente las dos interiores mexicana, Alexis Piedad Castro y “la Cucha” fueran las mejores del partido, con una Brisa Silva muy fallona y desesperada.
Pero por suerte se cruzó Paraguay. Jamaica, equipo que me pareció bastante flojo, se había tomó el día libre contra Paraguay y para cuando volvió de la siesta había perdido. Con esa carambola, las aztecas solo tenían que ganar a Paraguay de más de 5 para quedar terceras de grupo, y vaya si lo hicieron. El rival invitaba y las mexicanas se dieron un festín llegando incluso a realizar un juego bastante notable a rachas. Por fin apareció Brisa Silva (encestando 7 triples) y erigiéndose la máxima anotadora del partido con 21 puntos (aunque errara mucho en los tiros de 2 con un 0 de 5) y se merendaron a Paraguay por 88-44. Y encima logran el tercer puesto del grupo y sexto del campeonato.
La verdad es que no se les puede pedir más a las mexicanas ,que pese a los problemas intestinos que sufre su país en esto del basket, sin tiempo para acoplarse, con una presión terrible y una accidentada puesta a punto, siempre han mostrado un coraje en la cancha digno de mención y no han tenido ni un sólo mal gesto entre ellas. Digno de alabar.
Y ahora llegan los Panamericanos en Guadalajara, en casita, desde el 26 de octubre y seguro que vemos a las mexicanas más acopladas y rindiendo a un gran nivel. Yo intentaré no perdérmelo y podréis seguirlo por el blog como siempre.
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